- Autor: Madeline Miller
- Formato: Pasta Blanda || Digital Ebook.
- Editorial: Alianza Editorial.
- Páginas: 392.
- Temática: Drama, Epopeya, Histórico, Ficción histórica, Romance, LGBTQ+.
- Disponibilidad: www.casadellibro.com || Amazon.
- ISBN: 9788413622132.
De la autora de Circe, una epopeya inolvidable...
Grecia en la era de los héroes. Patroclo, un príncipe joven y torpe, ha sido exiliado al reino de Ftía, donde vive a la sombra del rey Peleo y su hijo divino, Aquiles.
Aquiles, el mejor de los griegos, es todo lo que no es Patroclo: fuerte, apuesto, hijo de una diosa. Un día Aquiles toma bajo su protección al lastimoso príncipe y ese vínculo provisional da paso a una sólida amistad mientras ambos se convierten en jóvenes habilidosos en las artes de la guerra. Pero el destino nunca está lejos de los talones de Aquiles. Cuando se extiende la noticia del rapto de Helena de Esparta, se convoca a los hombres de Grecia para asediar la ciudad de Troya. Aquiles, seducido por la promesa de un destino glorioso, se une a la causa, y Patroclo, dividido entre el amor y el miedo por su compañero, lo sigue a la guerra. Poco podía imaginar que los años siguientes iban a poner a prueba todo cuanto habían aprendido y todo cuanto valoraban profundamente.
¡Buenas tardes, Nadadores! Espero que estén bien. La mañana que estoy escribiendo esto es el segundo día de mi nueva rutina de ejercicios y me duele tanto el cuerpo como la consciencia, pero aquí estamos, echándole ganas claro que sí. El onvre y yo hicimos una apuesta de que tenía que bajar de peso y de talla de aquí a noviembre para que me comprase un vestido y pues estoy experimentando en mis propias carnes el #nopainnogain.
Cada cierto tiempo cuestiono mis decisiones pero no pensaba que lo haría tanto cuando empecé este libro para la LC de Yomi de mi vida de El Buhito Lector y Tania de @letsreadtonight. Será una LC como cualquier otra, decía. Mi inocente pobre amiga interior ya sabía que iba a llorar pero no sabía lo mucho que iba a frustrarme en el proceso.
¿De qué va entonces la canción de Aquiles?
Patroclo es hijo de uno de los numerosos reyes de Grecia. Pero desde su nacimiento, no ha sido otra cosa más que motivo de vergüenza para su padre y su pueblo. No es un material para guerrero, no tiene una constitución fuerte ni es agraciado físicamente, lo cual le cierra muchas puertas donde quiera que va.
Enseguida fui una decepción, pues salí pequeño y escuchimizado. No era veloz ni fuerte, y tampoco tenía buena voz para cantar. Lo mejor que podía decirse sobre mí era que jamás enfermaba. Los niños sufrían resfriados y cólicos a esa edad, pero yo nunca.
Pero la gota que rebalsa el vaso es cuando este no es aceptado como pretendiente de Helena, la hija de Zeus y una mujer de gran belleza. Lleno de furia, su padre lo exilia a Ftía, la tierra de los don nadie donde conocerá de primera mano a Aquiles, el príncipe de dicha tierra, que es el hijo perfecto y todo lo que él nunca podrá ser.
Ese era el nombre que me había dado mi progenitor al nacer yo, con muchas esperanzas y poca prudencia. Tenía un sabor amargo en mis labios. Significaba « gloria del padre ».
Patroclo está lleno de rencor, Aquiles es un recordatorio constante de todo aquello que él no puede ser, pero curiosamente este demuestra interés en él y poco a poco van convirtiéndose en amigos hasta que este lo llama para ser su compañero de armas. Anonado al ser elegido por sobre los demás, Patroclo acepta y se acerca aún más a el príncipe de Ftía, compartiendo aventuras, risas y peleas con este hasta que son enviados a entrenar.
Él mismo era una llama. Atraía las miradas porque brillaba. Tenía encanto incluso nada más levantarse con el pelo revuelto y el rostro abotargado por el sueño.
Pero la presión de ser el héroe más aclamado e indestructible de su generación es algo de lo que Aquiles no puede deshacerse e inminentemente es llamado a la guerra de Troya a Esparta para rescatar a Helena, quien fue secuestrada de su marido. Atraído por la promesa de la gloria, Aquiles no puede evitar sentirse tentado por ello y poco a poco va dejando de lado a Patroclo, quien decidió sacrificarlo todo y seguirlo hasta el final.
Me he quedado en blanco antes de que las palabras comenzasen a fluir. Creo que el leer este libro te deja la mente un poco -bastante- conflictuada. Al haber tenido una intensa predilección por la cultura griega desde que era más joven, creo que sentía como que conocía algo de ello. Sin embargo, nunca deja de sorprenderme lo poco que sé al respecto considerando las versiones que se han modificado y construido a lo largo de la historia.
Se me aceleró el pulso sin razón aparente, pues me había mirado antes miles y miles de veces, pero había algo distinto en aquella mirada de una intensidad desconocida. Tenía la boca seca y era capaz de oír el sonido de mi garganta cada vez que tragaba saliva. Aquiles me observaba con el aspecto de estar esperando algo.
Todos hemos escuchado alguna vez la expresión del Talón de Aquiles, y es que es bien sabido por diversas fuentes que la diosa Tetis engendró un hijo y, en su intento desesperado porque este sea invulnerable, lo sumerge en las aguas del Estigio, dejando de lado el talón, que es por donde se dice que lo estaba sujetando. De ahí nace la expresión del talón de Aquiles, haciendo énfasis en que esta era su debilidad.
Se inclinaban hacia él como las flores hacia el sol, ávidos de recibir su brillo. Era lo que había dicho Ulises una vez: él tenía luz suficiente para hacerles héroes a todos.
El mito se ha ido modificando a lo largo de los siglos, pero esta vez nos encontramos con el Aquiles de Homero, el héroe invencible retratado en la Ilíada. Sin embargo la historia no es sobre el héroe invencible que participó en la guerra de Troya, sino de su compañero de armas, Patroclo.
Me bastaba un simple roce o el olor para identificarle; y si me quedara ciego, podría reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte.
Patroclo hubiese sido un príncipe guerrero, sin embargo, a pesar del poco cariño y respeto que su padre le tiene, todo se sale de control cuando mata a un hijo de un senador por accidente. A pesar de ser hijo del rey, es enviado al exilio a la tierra de Ftía, gobernada por Peleo y que daba acogida a todos aquellos desterrados y apestados, con los que poco a poco iba conformando su ejército de Mirmidones.
Lleno de emociones encontradas por el nuevo lugar en donde está viviendo y la presunta cercanía por curiosidad que le prodiga el príncipe de Ftía, Patroclo se muestra reticente a un acercamiento con este. Sin embargo, una vez que son designados como compañeros de armas, es patente el vínculo que va creciendo a pasos agigantados entre los muchachos, que pasan de ser amigos a una relación mucho más profunda en que la felicidad depende de la felicidad del otro.
— Nunca te dejan ser famoso y feliz —Enarcó una ceja—. Voy a contarte un secreto.— Dime. —Me cogió por la palma de la mano y la sostuvo con la suya—. Júralo.— ¿Por qué yo?— Porque tú eres la razón. Júralo.— Lo juro —repliqué, perdido en el intenso arrebol de sus mejillas y el flamear de sus ojos.— Lo juro —repitió él.
Creo que hacía bastante que no veía una entrega de esta forma de un personaje. Patroclo presenta un crecimiento abismal, un hombre lleno de inseguridades y cobardía se va forjando un camino en sí mismo por el creciente amor que tiene hacia el poderoso y más prometedor héroe de la generación, a pesar de las negativas de la madre de este y los continuos intentos por deshacerse de él.
Patroclo es amable, dulce y considerado, creo que no erramos al decir que es el mejor de los Mirmidones por muchas razones y he quedado prendada de las emociones que desprende su personaje, que no hace otra cosa que madurar, crecer y crearse un nombre, dejando atrás incluso el brillo perenne que Aquiles no deja de emanar.
Nada en él decaía ni se marchitaba. Él era áureo, deslumbrante, era la primavera. La envidiosa muerte se bebería su sangre y sería joven de nuevo.
Aquiles es otro cantar. Si bien en su tierna infancia y adolescencia es un sueño de personaje para mí, una vez que la guerra comienza, este sueño se desvanece al dar paso al egoísmo, a la constante presión por convertirse en el gran héroe que se ha profetizado que será y en la figura que debe de representar para alcanzar esta imagen que se ha forjado de él. Me disgustó mucho la abrupta transformación de su personaje, que se vuelve solamente una sombra de aquello que lo caracterizaba y hacía de él alguien tan especial, incluso he llegado a pensar que no valía la pena luchar por él y por su causa, tan corrupta como esta estaba.
« Jamás voy a dejarle. Será así siempre, hasta que él me abandone ».
A pesar de numerosas aseveraciones en la historia que no confirman una relación del tipo amorosa entre los personajes, Madeline Miller echa toda la carne al asador apostando por un romance que a más de uno le ha hecho suspirar. Sin embargo, para mí no fue un campo de rosas -a menos de que estemos hablando de un camino espinoso, en ese caso la historia es algo completamente diferente- ya que sentía la constante desigualdad en la que Patroclo terminaba dando todo por un afecto que no era completamente correspondido y ello me destrozaba un poquito el corazón.
Los villanos de esta historia están patentemente descritos desde el principio, tomando forma en la nereida Tetis y en el padre de Patroclo, Menecio, con los que sentimos una especial antipatía, presentada principalmente en forma de rechazo hacia los ardides orquestados por Tetis para que su hijo fuese recordado como una leyenda y se hablase de las grandezas de esta. Es bien sabido que un dios no puede convivir precisamente con su hijo -cosa que agradezco, quién sabe qué hubiese sido del Pélida criado en manos de un despiadado y frívolo dios como Tetis- y la patente indiferencia que le prodiga el rey a su hijo, a quien considera débil y no merecedor de respeto por no tener una constitución de guerrero y estar poco versado en dichas artes.
Si te pierdes la guerra, dejarás pasar tu posibilidad de ser inmortal. Te quedarás atrás, serás un desconocido. Sumarás más y más años,. envejecerás en la oscuridad del anonimato.
Otro antagonista disfrazado es Ulises, a quien conocía por viajar con los ¿argonautas? y ser atado a un mástil después de llenar de cera los oídos de su tripulación para escuchar los cantos de las sirenas que provocaban que más de uno se tirase al mar y que los ayudarían a resolver un acertijo para continuar con su viaje. Al no haber leído la Ilíada no me convierto en una experta y por tanto, solo me he alimentado de los mitos que he escuchado y de los cuáles he leído desde una temprana edad. Lleno de intenciones ocultas, es bien sabido que por sus maquinaciones lograba manipular a los que los rodean para lograr aquello que desea y ello queda plasmado de manera obvia en este libro.
Considero que darle una calificación a este libro es algo difícil por la complejidad que contiene a su historia. Al ser una lectura conjunta, pude compartir mis deseos asesinos con Emily de mi vida y Yomi a la que lof u por aguantar cada vez que despotricaba y se reía de mis emociones fuertes. No tuve tiempo siquiera de formar una sensación de tristeza, opacada como estaba por mis ganas de darme un tiro y de paso dárselos a Tetis y a Aquiles -y a Apolo, no conozco una sola historia donde el dios no sea un dolor en el culo-.
La canción de Aquiles es una historia orquestada magníficamente con retazos de historia pero narrados desde una perspectiva más humana y es eso lo que la hace tan especial. La autora hace un trabajo espectacular en narraciones y en adentrarte en la ambientación característica de la época y eso es algo necesario de aplaudirle. Sin embargo, considero que el hype no le hace justicia a la historia al ser mucho menos impactante para mí que las expectativas que albergaba desde un principio.
VALORACIÓN
Madeline Miller estudió en la universidad de Brown, donde se licenció en Filología Clásica. Desde hace diez años enseña Latín, Griego y la obra de Shakespeare a estudiantes de bachillerato. También ha estudiado Dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de Yale, centrándose en la adaptación de textos clásicos. "La canción de Aquiles" es su primera novela. "Circe", su segunda novela, entró en la lista de libros más vendidos de "The New York Times" nada más ser publicada.
Hola! No conocía el libro pero lo cierto es que no me atrae mucho así que no creo que me anime con él. Muchas gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, ja, ja, ja, es que me encanta que sientas tanto el libro al punto de tomarlo como algo personal, es que sí, hay que pegarle a Tetis y Aquiles hacia el final cuando se pierde en su ego :'(
ResponderEliminarBesos :3
Tiene una pintaza increíble, es uno de esos libros que se que disfrutaría a ver si me hago con él porque además la edición es preciosa =)
ResponderEliminar¡Hola! lo tengo muy pendiente, muchas gracias <3
ResponderEliminar¡Holaa! Este lo tengo muuuuy pendiente. Es cierto que el hype me ha dejado las expectativas muy altas, pero tengo la sensación de que valdrá la pena. Gracias por la reseña!!
ResponderEliminarBesoss ♥
¡Hola!
ResponderEliminarQuiero este libro desde hace años y ahora que adn lo reeditó me estoy tardando en leerlo, pero tengo miedo de que el hype me juegue en contra y quede insatisfecho. Creo que lo compraré, pero esperaré un par de meses para leerlo, jsjs.
¡Nos leemos!