¡Feliz jueves, Nadadores! Uff, ya casi ha pasado un mes desde la última vez que estuve por aquí, con un romance histórico de hecho jaja, así que no es sorpresa que entre la pereza se me fuera acumulando la escritura de las reseñas, aunado de que tengo una guerra a muerte con la nueva interfaz de nuestro ahora no tan querido blogger. Decididamente es algo desolador el tener que
soportar un mal libro, más cuando este es de un género que adoro y escrito por una autora que admiro bastante, que por lo
regular soy su asidua lectora y disfruto bastante sus libros. Aún con todo ello en mente, no he podido callarme el disgusto que me hizo pasar una mujer rebelde.
¿De qué va entonces una mujer rebelde?
William Dunford se ha enterado que uno de sus lejanos parientes ha fallecido y le ha legado unas tierras, el título y una granja de Cornualles. Sin embargo, en el paquete también iba incluida Henry, una chica indómita que por años ha administrado la granja y que tratará de ahuyentar con todas sus fuerzas a aquél que está segura que es un vejete snob solamente interesado en la propiedad y su título.
Grande es la sorpresa de ambos cuando se conocen, un joven de no más de 30 años, sumamente atractivo que parece querer tomar las riendas de la granja de una vez por todas. Por su parte, Dunford no esperaba que "Henry" se tratase de una mujer: que usa pantalones, que no le teme al trabajo sucio y que es decididamente la persona más natural y directa que ha conocido.
Empero, una vez que descubre la verdadera identidad de la que ahora será su pupila, siente la inquietud de llevarla a Londres a que aprenda a ser una dama para poder conocer un prospecto marido. Lo que este no sabe es que no es tan fácil dejar ir a tan única mujer, quien lo llena de dudas y contradicciones.
Debo admitir que no estaba especialmente preparada para que un libro de Julia Quinn me gustase tan poco como este lo ha hecho. Ciertamente, es debido a los personajes que se convierten en una quimera que es bastante difícil de sobrellevar.
Henry al principio me gustaba bastante, tenía un gran potencial de protagonista badass con su actitud pícara, dispuesta a sabotear la estadía de Dunford para que este abandonase la granja y así, poder disfrutar de aquello que le ha costado tanto trabajo administrar por tantos años. Sin embargo, se convierte en otra insulsa debutante que babea por Dunford una vez que dejan atrás la granja, donde decididamente eran una especie de amigos de los que disfrutaba leer sus avances poco a poco. Ya sé que es la típica virgen con nula experiencia del campo que no ha tratado con demasiados hombres, pero su actitud ya rayaba en lo ridículo, justificando que el protagonista era una escoria de mierda con ella que la trataba horriblemente.
Nuestro querido Willian Dunford, sin duda es un hipócrita doble cara al que me gustaría estrangular lenta y dolorosamente. Al principio, pensaba que hasta podía llegar a agradarme con su actitud encantadora y relajada, pero la verdad es que se transforma en un monstruo de la peor calaña una vez que se lleva a Henry a la ciudad, justificándose una y otra vez diciendo que era para ampliar los horizontes de la chica. Muy bonito todo, casi me lo creo. Casi. O eso era hasta que su detestable boca se abría cada vez que alguien se fija en nuestra protagonista y de esta no salen más que palabras hirientes por demás desagradables.
De verdad que la trataba como poco más que un despojo humano, como alguien que no merece respeto por estar "incitando" a los hombres de su alrededor cuando este solo pensaba en ella con la bragueta y la sangre caliente, queriendo tenerla confinada y centrada solamente en él.
¿Es esto realmente el amor? Lo que era tanto o más frustrante es que Henry, quien tenía tanto potencial, se convierte en un adorno más, una extensión de un imbécil de mierda que vuelca en ella más inseguridades y al que se pasa justificándole su grosera actitud, preguntándose si esto era normal entre las personas que se aman.
Me gusta leer escenas de celos, es una reacción natural instintivamente humana, PERO lo que no me gusta es que estos sean destructivos: que acaben tanto con la seguridad como con la autoestima y felicidad de la persona en cuestión. ¿Qué demonios con esa actitud en que la tipa solo bailaría el son que tocaba Dunford? Esa maldita actitud de si no puede ser mía, no podrá ser feliz con nadie más. ¡REACCIONEN! Esto no es algo normal.
Hola! No conocía este libro y tampoco es lo que suelo leer y viendo que no te ha gustado lo voy a dejar pasar. Gracias por tu sincera reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Holaaaa, la autora es como una diosa en el género y es la primera vez que veo una reseña tan mala de uno de sus libros, no se pero tu sabes, yo se, que si los personajes son unos idiotas la historia es un martirio, me encanto tu PERO en mayuscula jaja, lastima que este no fue el libro que esperabas, en fin hace mucho que no me pasaba por tu blog tampoco :c odio blogger y me da weba andar por aquí pero aquí nos estamos leyendo.
ResponderEliminarSaluditos Ale <3
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad que no leo mucho este género, pero me recordó a uno que leí recientemente y con una temática como esa. Y puf... libros como este "thank you, next!"
¡Nos leemos!