Reseña: Tan Solo un Segundo- Virginia S. McKenzie

• Autor: Virginia S. McKenzie.
• Formato: Tapa Blanda || Digital Ebook.
• Editorial: Titania.
• Páginas: 352.
• Temática: Drama, Romance.
• Disponibilidad: casadellibro.com || amazon
• ISBN: 9788416327270.

Primera novela de una autora que llega pisando fuerte en la novela romántica. ¡No hay que perdérsela!  Con un estilo envolvente y una trama muy bien hilvanada, McKenzie debuta en el New Adult con la misma calidad que las grandes autoras del género. Amor y patinaje sobre hielo. Una genial novela romántica contemporánea ambientada en el entorno de las competiciones de patinaje. Hannah tenía un futuro prometedor en aquello que más amaba: la danza sobre hielo. Una meta por la que había luchado junto a Nicholas, su mejor amigo y compañero, durante los últimos diez años. Hasta que el error de otro le demostró lo efímeros que pueden ser los sueños. Mikhail hace mucho que olvidó lo que era disfrutar al salir a la pista. Es más, tras la lesión que lo obligó a retirarse del patinaje artístico, creyó que nunca tendría ocasión de recordarlo. Sin embargo, el destino parece dispuesto a darle la oportunidad de volver a competir y, sobre todo, de cumplir una promesa grabada con tinta en su cuerpo. Claro que para ello tendrá que convencer a Hannah de que juntos pueden lograr grandes cosas. Para ambos, luchar por un nuevo comienzo significará tener que hacer frente a sus heridas emocionales, porque solo si son capaces de curarlas encontrarán la manera de vivir y amar sin fronteras.

¡Buenas noches nadadores! Como siempre, estoy muy contenta por estar de vuelta. Les cuento que la universidad me está dando más respiros de vez en cuando, así que probablemente el fin de semana me vean por aquí hablando un poco sobre un especial alusivo al mes de terror. 

Pero primero lo primero, este libro me lo recomendaron las chicas del #CassieRiordanLovers *las amo chicas* y después de leer la reseña de mi querida Viry de La Biblioteca del Inframundo decidí animarme y darle una oportunidad a éste libro, que como pueden ver ha causado bastantes noticias y reseñas últimamente, así que la mía no podía quedarse atrás. Viva por aquellas lecturas conjuntas no establecidas que nacen de la nada y nos hacen hablar como cotorras XD. 

¿De qué va tan solo un segundo? Hannah es una chica de 19 años, patinadora de danza junto con su mejor amigo Nick. Todo va bien en su vida hasta que una fatídica noche, al conducir camino a casa después de una fiesta, ella y Nick sufren un accidente de coche por un conductor que iba ebrio, causando trágicas consecuencias. 

Entre ellas, Nick no puede caminar y por lo tanto no podrá volver a patinar jamás. Hannah no puede subir a un carro sin tener un ataque de pánico y no ha vuelto al hielo porque siente que no va a ser igual sin su otra mitad, privándose en el proceso de ser feliz.

Hasta que un día llega a su puerta el famoso Mikhail Ergorov, campeón internacional de patinaje artístico retirado desde dos años atrás por una lesión en la rodilla que le causó perder su carrera y que no volviera al hielo en mucho tiempo. Ahora le presenta la oportunidad a Hannah de ser su pareja de danza sobre hielo, lo único que necesita es que la testaruda chica le diga que sí, así que se empeña en conseguir la afirmativa de ella, llegando a seguirla por todas partes para recibir una respuesta positiva. 

Dime que sí. Para que juntos podamos tener una segunda oportunidad de hacer lo que tanto amamos.

Hannah intenta convencerse a sí misma que no se siente culpable por poder seguir en el hielo, al contrario que Nick, sin embargo la tentación es muy grande y cada día que pasa su negativa comienza a flaquear, hasta convencerse que necesita no quedarse con la duda del qué hubiera pasado si lo intentara así que aceptará la propuesta de Misha para ser su pareja de baile. 

Sin embargo, la danza sobre hielo no es tan fácil como parece así que tienen que pasar toneladas de tiempo juntos antes de aprender a confiar el uno en el otro, tanto en la vida profesional como en la personal. Así que se embarcarán en una aventura de convivencia para seguir sus sueños, aprender a vencer sus miedos y en el proceso encontrar a la persona que tanto los puede ayudar a ser felices con ellos mismos. 

Hablando un poco de los personajes, tenemos de todos tipo, color y nacionalidad.

Hannah "Lin" Daniels es una chica de 19 años, talentosa para la danza sobre hielo y que sin embargo, siento una culpa inmensa cuando piensa en seguir sus sueños después del accidente. Le da miedo subir en coche, causándole ataques de ansiedad. Vive con su mejor amiga en la universidad, hasta que decirse mudarse con su madre y su abuela. Es una amiga muy leal, cabeza dura y testaruda que busca conseguir siempre lo que quiere buscando lo mejor que pueden hacerse las cosas. Sus ojos son verdes y su cabello es castaño, siempre está intentando tenerlo lacio. Al principio me gustaba leerla porque me parecía un personaje muy humano con sus errores. 

El hielo era el lugar donde más había reído y llorado, donde había conocido mis mayores éxitos y fracasos. Donde pertenecía una parte de mí; me circulaba por las venas, me llenaba los pulmones. Era mi elemento, mi lugar. Al ponerme los patines, cada fibra de mi ser cobraba vida, vibraba. Sentía un amor tan grande por lo que hacía que sabía que había nacido para ello.

Mikhail "Misha" Ergorov es un chico de nacionalidad rusa, de ojos azules y cabello oscuro. Se dice que es muy guapo y es un patinador artístico reconocido internacionalmente, hasta que recibe una lesión en la rodilla que le impide poder realizar los saltos como antaño. En su personalidad es muy paciente, pícaro y travieso, demasiado insistente a veces e intenta realizar todo lo que se propone, pone esperanza a todo. Su hermano tenía doce años y era la única persona con la que mantenía contacto fraternal. En muchos aspectos es bastante abierto, sin embargo cuando llega el momento de hablar de su familia es arisco y se siente perturbado y furioso.  Fuera de eso, es un chico muy dulce y comprensivo, que siempre trata de hacer sentir cómoda a Hannah y hacerla reír. 

Nicholas "Nick" Benson es un chico rubio de ojos azules y mejor amigo de la infancia de la protagonista. Al principio pensaba que los unía algo más que la amistad y temía mucho encontrarme con un triángulo amoroso así que me alegro mucho que no haya sido así. Antes del accidente era un muchacho pícaro, arrogante y orgulloso en el buen sentido, bromista y que sabía apreciar la vida. Todo ello cambia cuando se ve confinado a no volver a caminar ni hacer las cosas como antes podía. Se volvió en un chico triste, enojado con la vida y que alejaba a su familia y amigos, sintiendo un placer especial en hacer sentir mal a su mejor amiga Lin. Me daba mucha tristeza e impotencia leerlo porque pude ponerme en su situación y me sentía impotente. Sin embargo creo que la familia es muy importante, por lo que cada vez que alejaba a sus seres queridos me entraban unas ganas de abofetearlo. Es el personaje con el que más he empatizado en el libro y el que creo que tuvo una evolución tremenda.

Si alguien tenía derecho a sufrir, era yo, no ella. Yo, el que nunca podría volver a patinar aunque quisiera. Yo, que había perdido para siempre esa parte de mí mismo que me hacía ser quien era.

Abigail "Abby" Simmons es la mejor amiga de Hannah y su compañera de cuarto de universidad. Es una chica algo impulsiva, graciosa y que me hacía sonreír porque era una completa geek de Harry Potter a pesar de su carácter pícaro y abierto. Es la única que ve el problema y quiere poner manos a la obra para resolverlo, así que me sentía bastante feliz y reconfortada cuando la leía. No tiene pelos en la lengua, ya que tiene dos hermanos mayores y un hermano gemelo llamado Tristán, mejor conocido como Tris. Es muy comprensiva y es el tipo de chicas que golpearía a tu novio su no te hace feliz. Me encantó su seguridad en sí misma, y fue un personaje muy profundo a pesar de todo.

Pocas cosas son realmente imposibles. La mayoría de las veces esa no es más que una excusa perfecta tras la que escudarnos. La forma que justificamos ante nosotros mismos, y ante los demás, el no habernos atrevido a perseguir nuestros sueños.

No podía dejar de lado a Max y Mitchell Towner, better known as "M&M". Son un par de chicos graciosos que son los mejores amigos de Misha, o lo más cercano que ha tenido el chico a unas personas en quien confíe. A pesar de que podemos verlos bromear la mayoría del tiempo, son bastante serios y ven la importancia de las cosas, sabiendo cosas sin siquiera preguntar, sólo por instinto. 

Hubo muchos aspectos del libro que me gustaron. No voy a negar que la prosa de la autora es rápida y fácil de leer. Las descripciones que hacía de las coreografías para el patinaje me tenían con ojo clínico analizando cada una de ellas porque a pesar de que había visto acerca del patinaje artístico, no sabía mucho de la danza sobre hielo, y sigo sin saber demasiado pero ya averigüé acerca de un par de cosas que no comprendí. 

Los ataques de ansiedad de Hannah y la situación de Nick hicieron que me pusiera a pensar muchas cosas acerca de lo poco que valoramos lo que tenemos. Estamos enteros, con salud y eso es lo que debería importar, no las cosas más banales.

El romance me gustó y a la vez no. Me gustaba la relación de Hannah y Misha así como la relativa confianza que se tenían y que hicieran bromas tratando de conocerse mejor. Pero yo no estoy segura de que me iría a vivir con alguien que no conozco por muy ídolo mío que sea.

Hubo insta-love, a pesar de las críticas que hubo en el grupo, sí, para mí lo fue con todas sus reacciones de colegiala al conocerlo y blablablah, y si bien me gustaba ese tira y afloja llegó un momento que pensé, YA BASTA MALDITA SEA. Son muy inseguros y tienen un camino bastante largo que recorrer como pareja.

Me molestó mucho que Hannah hiciera un drama digno de la Rosa de Guadalupe para arreglarlo en un par de míseros capítulos, sentí que no confiaban en el otro y TENÍA RAZÓN, aunque se necesita algo más profundo para decir tus secretos más profundos que sólo el berrinche de una chica porque sentí que eso presionó mucho a Misha para contar su historia y no me agradó eso. En un momento lo diría, o tal vez no, pero es muy su problema.

La terapia de la doctora Allen del tarro de las cosas buenas me pareció muy acertada. Creo que intentaba que ambos se sintieran mejor consigo mismos y que valoraran que la felicidad está en las pequeñas cosas que suceden a diario y no en los grandes acontecimientos que podrían cambiarte la vida.

Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!

Quiero recalcar la importancia de la amistad en el libro, fue algo digno de mención que a pesar de lo mal que los trataba Nick, ahí estaban para ayudarlo y fue eso lo que pudo dar paso a una evolución y a valorar más su alrededor, cosa que me dejó bastante satisfecha. Hay una complicidad entre Hannah y Nick que no se logra sin muchos años de convivencia y era lo que hacía sentir a Nick dolido por la decisión de Hannah y a ella culpable, pensando que lo estaba abandonando, lo que entendí perfectamente.

El asunto del patinaje me encantó. Sólo pensaba NECESITO LEER MÁS DE ESO XD, ya que es un deporte y arte bastante interesante, y me permitió diferenciar ciertas cosas entre los estilos de patinaje, los botines, las rutinas, etc etc, que me animaban a seguir leyendo con mucha atención y curiosidad.

Virginia McKenzie nos trae un New Adult con el tema del patinaje que no se había explotado antes. Con personajes buenos y que en su mayoría evolucionan, una historia de superación, compañerismo y amor que es muy linda y entretenida. Es un buen libro, original y atrapante, sin embargo no es un libro que sea inolvidable para mí. Se lleva un 3.5 de mi parte.

Virginia S. McKenzie nació el 18 de enero de 1982 en Cádiz, ciudad en la que reside junto a su marido y su gato. Es una enamorada de Japón y una “seriéfila” y cinéfila empedernida, adora viajar, los animales (sobre todo los lobos y los felinos) y no podría vivir sin música y sin libros.

Ya desde niña sintió la necesidad de crear sus propias historias. Sin embargo, pese al puñado de cuentos, relatos y guiones para cómics que escribió a lo largo de su infancia y adolescencia, nunca logró finalizar nada más largo. No fue hasta 2011, y gracias a la guía del escritor José de La Rosa en su Taller Escritura de Novela Romántica, que tuvo una base sólida con la que empezar a trabajar. Dos años después, puso el punto y final a su primera novela (una historia con la que llevaba casi una década). 

Desde entonces no ha parado de crear, de aprender, de intentar mejorar y de soñar con que algún día sus novelas dejen de ser solo suyas y cobren vida en manos de los lectores.